Niños aprenden a programar en grupo antes que a escribir
Enseñar a niños de entre cuatro y seis años a programar implica un reto, pues a esas edades aún no saben leer, pero conseguir que lo hagan en equipo o de manera colaborativa es un desafío aún mayor que Kryscia Ramírez ya afrontó.
Ramírez es profesora de la Universidad de Costa Rica e integrante del Centro de Investigaciones en Tecnologías de la Información y Comunicación (CITIC-UCR).
La académica también es la impulsora de una investigación doctoral que dio vida a Titibots, una aplicación diseñada para tabletas, con el sistema operativo Android, y cuyo desarrollo de software estuvo a cargo de ella y de Franklin García.
Sus compañeros de doctorado han colaborado con el pilotaje del proyecto; también lo ha hecho la Fundación Omar Dengo (FOD).
Titibots permite enseñar programación, tanto de forma individual como colaborativa.
¿Cómo funciona? Kryscia Ramírez comentó: “Esta es una aplicación móvil, que cuenta con iconos o comandos visuales, los que un robot puede llegar a ejecutar. Además, incluye retroalimentación auditiva para darles mensajes a los niños”.
La pantalla de la aplicación se ve como una hoja de cuaderno en la que se le indica a los infantes que escribirán “un cuento” y que este será interpretado por un mono tití (un robot con el aspecto de este animal).
Por medio de la dinámica de arrastrar y soltar, los niños van indicando, con íconos, cuáles serán las acciones que, a continuación, ejecutará el Titibot.
También tiene una modalidad llamada Titibots Colab, que fomenta la programación en equipo. “Se pretende desarrollar, en los niños de preescolar, el pensamiento abstracto y lógico, y el trabajo colaborativo de una forma divertida, utilizando como aliados a la programación y la robótica”, comentó Ramírez.
Inspiración. La académica tuvo dos motivaciones para aventurarse a investigar cómo enseñar a programar a niños que no saben leer y escribir.
La primera fue su hija, quien, al momento de iniciar la investigación, tenía cerca de tres años. “Quería aportarle algo a ella para que pudiera aprender las cosas que yo tanto amo hacer”, comentó la impulsora de Titibots.
El segundo motivo fue la Fundación Omar Dengo (FOD).
En el programa doctoral de la UCR, los alumnos visitan instituciones para saber en qué campos trabajan y cómo los estudiantes pueden aportar; de allí surgió la idea.
“Nosotros tenemos un programa para niños de seis años, pero sentíamos que estos podían aprender a programar en edades más tempranas”, explicó Ana Lourdes Acuña, coordinadora de la Unidad de Aprendizaje lógico, científico y robótica en la FOD.
Acuña destacó la opción de programar con tabletas que ofrece Titibots y la novedosa posibilidad de que los niños aprendan programación colaborativa.
Piloto. La herramienta se ha probado tanto en centros educativos del país como en Brasil, en la Escuela Municipal de Educación Básica Octavio Manuel Anastasio, pues Ramírez llevó a cabo un piloto junto con en el laboratorio Rex Lab , donde realizó una pasantía en abril y mayo.
Luis Guerrero Blanco, quien es tutor de la tesis doctoral de Ramírez e investigador adjunto, explicó, en el sitio de la UCR, que el objetivo del estudio es lograr que los niños aprendan a desarrollar su pensamiento abstracto.