CHINA Y PAKISTÁN CONSTRUYEN LA PLANTA FOTOVOLTAICA MÁS GRANDE DEL MUNDO
El parque fotovoltaico de Quaid-e-Azam (QASP), que toma el nombre del fundador de Pakistán, no es sólo un gran proyecto sobre el papel, sino una realidad que cuenta en la actualidad con 100 megavatios de capacidad, y que cuando el proyecto esté terminado, en 2017, cubrirá una superficie de 500 hectáreas, dispondrá de un total de 5,2 millones de células fotovoltaicas con una potencia de 1.000 MW, con capacidad para abastecer electricidad a 320.000 hogares tipo. Además, la planta también reducirá la huella de carbono de Pakistán, dijo Najam Ahmed Shah, el director ejecutivo de QASP, ya que se quemarán 57.500 toneladas menos de carbón y se reducirán las emisiones en 90.750 toneladas al año.
El proyecto se está realizando en el desierto de Cholistan, en Punjab, Pakistán, una de las zonas del mundo con mayor irradiación solar. “El desierto Cholistan es un lugar ideal para la energía solar”, dijo Muhammad Hassan Askari, gerente de operaciones del parque solar. La zona recibe 13 horas de luz solar al día, mientras que la enorme extensión de desierto plano es ideal para un proyecto comercial grande como éste.
La primera fase del proyecto fue construida por la compañía china SunOasis en sólo tres meses, con un costo de alrededor de 130 millones de dólares y está operativa desde este pasado verano. El parque fotovoltaico Quaid-e-Azam es el primer gran proyecto de energía que se construirá bajo el programa ‘China-Pakistan Economic Corridor’, dotado con 46.000 millones de dólares. El programa, a modo de una “nueva ruta de la seda” financia proyectos que faciliten los vínculos entre el puerto de Gwadar en el sur de Pakistán con Kashgar, en la región occidental china de Xinjiang.
La empresa china, Zonergy, ha comenzado recientemente la construcción de la segunda fase de la instalación del parque de Quaid-e-Azam. La expansión de la generación de energía es hoy una prioridad importante para Pakistán, que ha sufrido de una grave escasez de energía durante años. Pakistán cuenta con una capacidad instalada de cerca de 23 GW, potencia significativamente inferior a su demanda. En algunas zonas rurales del país, la electricidad sólo está disponible cuatro horas al día.
A pesar de que megaproyecto es muy positivo no deja de tener sus detractores que han manifestado que se está construyendo muy lejos de donde se consumirá la energía, por lo que la instalación requerirá fuertes inversiones en la red y en su mantenimiento. Además, hay quienes connsideranque las fuentes de energía renovables todavía tienen sus propios impactos ambientales, tales como el uso del agua para la generación de energía solar, lo que añade otro problema a un país donde el agua escasea.
El Gobierno ha invitado a los inversores a invertir aquí y anunció una nueva ayuda (FIT) para las plantas de energía solar en enero de este año, mediante la cual los inversores podrán vender electricidad a la red nacional a 14-15 centavos de dólar por kWh. El anuncio de esta tarifa y la finalización de los primeros 100 MW en Bahawalpur han despertado un gran interés por parte de los inversores a pesar del creciente número de detractores que tiene el proyecto.
Pakistán pretende reducir su dependencia de los combustibles fósiles a alrededor del 60% para el 2025 desde el 87% actual. El país cuenta con un objetivo de renovables establecido en el 10% de su mix energético total, sin contabilizar la energía hidroeléctrica, que cubre un 15% de la demanda en la actualidad. Un objetivo ambicioso teniendo en cuenta que Pakistán parte de una cuota renovable de entre el 1% y el 2%.